Pedro Delso Rupérez nació el 28 de agosto de 1924 en San Esteban de Gormaz, un pequeño pueblo de la provincia de Soria en el norte de España. Su padre era maestro de escuela y su familia tenía planes completamente diferentes para el joven Pedro que los de convertirse en artista. Pero el niño mostró más interés por dibujar a lápiz que por los libros de texto. Cuando tenía cuatro años ganó un concurso de dibujo y, a los 10, abandonó la escuela para unirse a un grupo de artistas que debían restaurar las pinturas de la capilla local. Se notó el interés del joven Pedro por el arte y la pintura, y la administración condal le ofreció una beca para estudiar en la Academia de Bellas Artes de Madrid. Sus padres no se lo permitieron, pero tras muchas discusiones con la familia, le permitieron empezar en la Escuela de Artes y Oficios de Soria, al mismo tiempo que iba a estudiar en Artium.

Pedro prosperó en la Escuela de Artes y Oficios, pero poco le importaban los demás estudios. Quería aprender más sobre arte y con sólo 15 años decidió escapar de casa y se fue a Barcelona para intentar ser estudiante en la Real Academia de las Artes. Pedro se convirtió en estudiante y al mismo tiempo logró ganarse la vida utilizando sus habilidades de dibujo. Al cabo de dos años recibe una beca para viajar a París y estudiar allí. Al mismo tiempo realiza exposiciones y rápidamente se hace notar. En París también conoce a Pablo Picasso.

En los próximos años serán más las estancias de Pedro en París. También viaja a América Latina y África para pintar e inspirarse. Consigue su propio estudio en Barcelona, y además se reencuentra con su familia que se ha trasladado a la ciudad. Pedro se desarrolla como artista y aprende a trabajar tanto con la cerámica como con el hierro. Junto con su hermano, abre un restaurante en Barcelona, ​​que decora con arte imaginativo. También se le asigna la decoración de varios restaurantes y hoteles. No sólo en Barcelona, sino también en París.

Pedro Delso es considerado el creador del triangulismo, un estilo artístico relacionado con el cubismo. Delso creía que la mayoría de las cosas de la vida se podían describir en triángulos, como la Santísima Trinidad, los tres elementos (tierra-aire-agua) y la vida misma de niño, adulto y anciano. El triángulo es la forma geométrica perfecta, pensó Pedro. Los triángulos se repiten en gran parte de su arte, sobre todo en sus obras en cerámica y hierro. Las obras de Pedro Delso están repartidas por todo el mundo, pero las que sin duda tienen mayor audiencia se encuentran en Barcelona. En 1967 se decidió construir una nueva línea de metro en la ciudad. Para evitar un toque frío e impersonal, se convocó un concurso de decoración artística para algunas de las estaciones. Pedro ganó este concurso y el arte se volvió tan popular que también recibió el encargo de decorar las otras estaciones que no estaban en el concurso original. La decoración se compone mayoritariamente de obras de cerámica, aunque también de algunas esculturas de hierro.

Tras su paso por Barcelona, Pedro puso rumbo al sur, con África como objetivo. Tuvo una parada en Villajoyosa, y allí fue tan bien recibido que se instaló allí una temporada. En ese momento se fundó el centro recreativo noruego Solgården y se encargó a Pedro que ayudara con la decoración del lugar. Un día, mientras estaba levantado y entregando algunos cuadros, conoció a una joven enfermera noruega llamada Signe. Quedó tan fascinado por ella que la invitó a salir, y así se hizo. Signe y Pedro se convirtieron en pareja, y Signe dejó su trabajo de enfermería para convertirse en esposa artista a tiempo completo.

Un día, Pedro llevó a Signe a dar un paseo en coche por la colina que domina Alfaz del Pi. Zona no urbanizada en plena pinada, con impresionantes vistas. Terminaron comprando el terreno y empezaron a construir casas. Lo primero que se construyó fue una cabaña en lo alto de un árbol, donde descansaron durante el período de construcción. En 1978 se completó la casa con un estudio en el segundo piso. Más tarde, se instaló un taller de cerámica más abajo en el sitio de 15 acres. Con el tiempo, todo el inmueble se llenó de diversas esculturas, tanto en cerámica como en hierro.

Pedro era muy juguetón, lo que también se nota en su arte. La sonrisa surge fácilmente cuando caminas por el parque y miras las diferentes esculturas. Especialmente las esculturas de hierro, donde ha utilizado diferentes partes de chatarra para crear imaginativas figuras. Se inspiró fuertemente en Don Quijote, pero también en los vikingos nórdicos. Ambas partes quedan tanto en pinturas como en esculturas.

Pedro Delso murió en 1994, pero su arte aún se puede experimentar aquí en el Museo Delso.